OTRA VEZ SIN TÍTULO

Vaya a donde vaya
este dolor vendrá conmigo,
aunque no quiera,
irá adonde yo vaya.
La vana esperanza de tu conciencia
me asigna este papel de callada mártir.
Necesito gritarte,
que mi voz te golpeé la cara,
que mi fuego flagele tu corazón.
La condena de este amor
es la del reloj al que se le dio la vuelta;
al que tan solo le queda
el estante frío y el espacio
que martillea con su callado soniquete.

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